SURYAN
SURYAN
“Salvemos
la tierra”
KIRA
PEÑA
Suryan,
en sánscrito lengua muerta sagrada de la India significa Sol. El
hombre a lo largo del tiempo ha intentado hacer diversas
representaciones artísticas de los cuatro elementos (agua, fuego,
tierra, aire y fuego) pero en esta propuesta visual el fuego es quien
toma el primer lugar.
Hablemos
de este planeta, existen muchos cambios actualmente en el sistema
solar. Los planetas están cambiando sus posiciones, cambiando su
rotación, despareciendo, explotando ¿Qué es lo que sigue a
continuación? Podría ocurrir que el Sol comenzase a orbitar
alrededor de otro planeta quemándolo completamente.
La
tierra se esta desviando, los campos magnéticos se deterioran. No
hay explicación. La contaminación de este planeta esta afectando a
otros planetas en nuestro sistema solar.
Esta
propuesta de vídeo instalación, Suryan, propone el desarrollo de una
obra donde se muestra como realizar el fuego sagrado, éste yajnya
conocido como terapia homa, la cual se presenta través de un vídeo
(y una serie de proyecciones con retroproyector en canvas que se
encuentra en proceso). La realización de la acción
de esta practica HOMA, recordando las escrituras de antiguas
civilizaciones y el libro sagrado Yajurveda.
¿Qué
es terapia Homa?
HOMA
es una palabra sánscrita empleada aquí como sinónimo de (YAJNYA)
y la misma es el término técnico que ocupa la ciencias vedica de la
bioenergia para expresar el proceso de eliminación de las
condiciones tóxicas de la atmósfera, esto a través de la acción del fuego
como instrumento mediador, para sanar y purificar la atmósfera.
Tu
sanas la atmósfera y recobrada su salud, la atmósfera te sana a ti.
Esta es la idea central de la terapia HOMA.
La
expresión “sanar la atmósfera”
posee muchas ramificaciones, que aun no han sido investigadas por la
ciencia moderna.
YAJNYA
nos devuelve los nutrientes que la contaminación roba al medio
ambiente. El cambio molecular en la fisión y fusión de los átomos
hace que las propiedades de los elementos cambien en su estructura y
peso atómico.
Varía
la velocidad de la rotación de los electrones y neutrones. Si a los
científicos se les proporciona una adecuada percepción, podemos
demostrarles como este conocimiento puede ser usado ventajosamente en
algunas áreas cuando se las mira desde la perspectiva de YAJNYA.
La
terapia HOMA
es una ciencia revelada. Es tan antigua como la creación. En el
transcurso del tiempo, este conocimiento se perdió, pero ahora ha
sido resucitado para orientar a las personas sobre como corregir las
condiciones contaminantes que encontramos hoy día en el planeta. La
terapia HOMA proviene de los VEDAS, el acervo de sabiduría más
antiguo conocido por el ser humano.
Cuando
las cosas van mal a consecuencia de la contaminación, los elementos
de la naturaleza comienzan a cambiar. La cohesión de los átomos, su
fusión, se comporta de una manera distinta, tal como se describe en
ATHARVA VEDA. Se afirma que si los átomos comienzan a refusionarse y
a fisionarse de una manera inapropiada, una civilización puede ser
destruida. Si se hace YAJNYA (HOMA) cuando esto ocurre, se ayuda a
restaurar la armonía y se produce un elemento nuevo y benéfico.
Nótese que no decimos “creado”. Nada es creado, solamente se
reestructura. Este conocimiento es terapia HOMA.
Muchas
personas en el mundo se han beneficiado de la terapia HOMA en la
agricultura sobre todo en países como Perú y Argentina ya la están
utilizando en vez de pesticidas.
El
AGNI HOTRA es el Yajna básico, Este Fuego consiste en untar algunos
trozos de bosta de vaca con ghee (mantequilla clarificada), y se
coloca en un bracero de cobre; posteriormente se hace una torre con
los pedazos de bostas de manera que el aire pueda circular dentro del
brasero. Se prende un pedacito de bosta por separado y se coloca
debajo de la torre, y pronto el conjunto de los trozos arderá.
Haciendo un fuego elevado pero controlado luego se complementara con
una ofrenda de arroz, acompañado de algunos cantos en legua
sánscrita, conocidos como mantras, que hablan de lo hermoso que es
el Sol y La Luna, devolviendo así nuestra consciencia a nuestros
indígenas quienes eran adoradores del sol y la Luna, recordemos que
la palabra YANOMAMI de la etnia Venezolana siginifica: Hijos de la
luna. Esta adoración de estos dos planetas es universal. y esta
terapia Homa es Ancestral.
Esta
ejecución del AGNI HOTRA es de lo que se trata el video que se
proyectará con el video beam en un espacio cerrado pintado de
blanco, donde las personas podrán entrar y cómodamente observar
dicha practica.
“Suryan
es una instalación que busca crear consciencia acerca de la
situación del planeta tierra”.
“Esta
propuesta plástica involucra y propone al ser humano y a la terapia
Homa como herramienta para salvar la madre tierra”.
“Cualquier
persona puede convertirse en ejecutante del fuego AGNI HOTRA; los
trabajadores de la tierra; los campesinos también pueden realizar
esta practica”.
El Inti-Raymi.
Los ritos del solsticio de invierno en el Imperio Inca
Las
fiestas solares en las culturas precolombinas también estaban
estrechamente ligadas a las estaciones del año, a las cosechas y a
las riquezas de la tierra. Los ritos estaban determinados por los
movimientos aparentes de partida y retorno del Sol. Desde tiempos
remotos se han determinado los días del año que tienen la misma
duración (los equinoccios) los días marcan el final del camino de
ida o vuelta del sol (los solsticios), a partir del cual los días
comienzan a hacerse más largos o mas cortos.
Para
los incas el Inti Raymi era la celebración del solsticio de
invierno, festividad en honor al dios sol Inti. Era la fiesta más
fabulosa del imperio y se llevaba a cabo a finales del mes de junio.
Cuando los astrónomos calculaban la detención en el alejamiento
relativo del sol. Es entonces que se inician las cosechas.
En
la noche antes de la aparición del sol se concentraban las
personalidades más importantes del imperio, hasta el mismo
Emperador, todos lujosamente ataviados, armados con sus flechas,
escudos y cetros. En la oscuridad, la multitud esperaba la salida del
sol en profundo silencio y con todo respeto.
En
la víspera a la celebración, se concentraban en la plaza principal
del Cuzco los personajes más importantes del imperio, allí estaban
los generales, príncipes, gobernadores y el mismo Emperador Inca,
todos finamente ataviados, empuñando sus escudos y sus cetros.
En la oscuridad, la multitud esperaba con gran respeto y en profundo silencio, la aparición del dios Sol. El Inca, los sacerdotes y el pueblo, le rendían homenaje al dios Sol. Le agradecían por las cosechas y le pedían que vuelva a fecundar la tierra y que continuara dando bienestar a los hijos del Tahuantinsuyo.
Para ello se encendía el fuego sagrado y el Inca Emperador brindaba con el Sol. Ciertas crónicas mencionan la celebración del “fuego nuevo”. Esta ceremonia consistía en apagar todos los fogones de los hogares con el propósito de encenderlos con el “fuego nuevo” que era obtenido por medio de una “chipana” o espejo cóncavo de oro, que con una superficie muy brillante permitía concentrar los rayos del sol sobre un poco de lana muy seca de llama. Bastaba soplar un poco para obtener fuego. Entonces se instalaba una fogata al costado de la plaza del Cuzco de donde la gente del pueblo y los campesinos venían a encender sus antorchas y llevarlas hasta sus casas para encender nuevamente el fuego. Además, se sacrificaba una llama y sus órganos internos eran usados para predecir el futuro.
En la oscuridad, la multitud esperaba con gran respeto y en profundo silencio, la aparición del dios Sol. El Inca, los sacerdotes y el pueblo, le rendían homenaje al dios Sol. Le agradecían por las cosechas y le pedían que vuelva a fecundar la tierra y que continuara dando bienestar a los hijos del Tahuantinsuyo.
Para ello se encendía el fuego sagrado y el Inca Emperador brindaba con el Sol. Ciertas crónicas mencionan la celebración del “fuego nuevo”. Esta ceremonia consistía en apagar todos los fogones de los hogares con el propósito de encenderlos con el “fuego nuevo” que era obtenido por medio de una “chipana” o espejo cóncavo de oro, que con una superficie muy brillante permitía concentrar los rayos del sol sobre un poco de lana muy seca de llama. Bastaba soplar un poco para obtener fuego. Entonces se instalaba una fogata al costado de la plaza del Cuzco de donde la gente del pueblo y los campesinos venían a encender sus antorchas y llevarlas hasta sus casas para encender nuevamente el fuego. Además, se sacrificaba una llama y sus órganos internos eran usados para predecir el futuro.
Catálogo de la muestra:
Nota de Prensa sobre el trabajo:
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